El arte de la oratoria

La oratoria es el arte de hablar elocuentemente, de persuadir y mover el ánimo mediante la palabra. Timón, un antiguo autor griego, dijo que la elocuencia es la habilidad de conmover y convencer.

La importancia de la oratoria

Entre los grandes jefes de la historia de la humanidad, ha habido algunos ciegos y algunos sordos; pero nunca un mudo.

Saber algo no es idéntico a saber decirlo. Esta es la importancia de la comunicación oral.

En los negocios o cualquier otra actividad de interrelación, la forma en que hablemos, en que nos comuniquemos, será el patrón por el cual se nos juzgará, se nos aceptará o rechazará.

Otro aspecto importante de la oratoria es que también hay que saber hablar para ser escuchado, para ello debemos tener en cuenta siempre el tipo de público, no es lo mismo niños que adultos especializados. 

Realizar un discurso consiste en asumir una gran responsabilidad. Si no queremos aburrir, por mucha habilidad para tengamos para comunicar, como máximo debe durar 45 minutos. Y durante los cuales, intentar mantener siempre al máximo los niveles de concentración del público.

Clases de oradores

Hay tres clases de oradores: aquellos a quienes se escucha; aquellos a quienes no se puede escuchar; y aquellos a quienes no se puede dejar escuchar, por supuesto, debemos ser este último
 
Las tres partes básicas de un discurso se distribuyen de la siguiente manera:

1) Introducción o Presentación. Debe contener un principio cautivador para enganchar al público desde el primer momento. Esto se puede conseguir con lo que llamamos un exordio.

Un exordio consiste en un preámbulo de un razonamiento que expondremos para llamar la atención del público. Los exordios pueden ser frases célebres, siempre usadas de forma coherente con el tema que exponemos; también pueden ser pequeños relatos o fábulas; o demostraciones con objetos.

2)  Desarrollo del tema. En él nos centraremos en exponer el tema en profundidad.

3) Conclusión (parte en que se "remacha" el objetivo y se lo deja perfectamente fijado). Consistirá en el final contundente que pretendemos, un resumen sobre todo lo que hemos querido transmitir, un razonamiento que quedará grabado en el público.